Luego de varias horas de experticia, de
cotejar el testimonio del único testigo del hecho; con las evidencias
incautadas en la escena del crimen y de hallar inconsistencias en las
mismas; funcionarios del Cicpc aprehendieron al jefe del Seniat-San
Antonio del Táchira como el presunto responsable del homicidio de su esposa, quien estaba embarazada de cuatro meses.
El crimen que figuraría como un doble
homicidio, el viernes por la madrugada, causó tal conmoción en la
frontera colombo-venezolana; por la forma como aparentemente había
sido perpetrado que, incluso el jefe del Cicpc-Táchira, comisario José
Ricardo Pernía, se trasladó al lugar para dirigir las investigaciones.
Primera versión
Y es que la primera versión suministrada
por el esposo de la víctima; la cual fue identificada como Viviana
Andrea Hernández Gacha, de 30 años,
daba cuenta de que tres sujetos habían irrumpido en su residencia,
marcada con el número 57; de la calle 2 de El Portal, en Tienditas;
municipio Pedro María Ureña, y luego de someterlo a él y a Viviana, los
amordazaron y los ataron, a la vez que les manifestaban, supuestamente;
que se trataba de una represalia por haberse negado a pagar la “vacuna”.
Que luego, según el jefe del Seniat-San
Antonio del Táchira; comenzaron a rebuscar y desordenaron la casa en
busca de dinero en efectivo y joyas, de las cuales los tres sujetos se
apoderaron.
Posteriormente, seguía sosteniendo el
funcionario del Seniat que; mientras a él lo dejaron atado en la
habitación matrimonial, los desconocidos se llevaron a su esposa hasta
otro cuarto, donde la asesinaron, sin que pudiera hacer nada para
evitarlo.
El testimonio de L. Moncada, esposo de
la víctima; concluía asegurando que tras cometer el asesinato de la
esposa, los hombres huyeron en un vehículo Chery que el Seniat le había asignado.
Asesinada a cuchilladas no a tiros: evidencia de un crimen pasional
Precisamente esa conmoción que surgió
tras el asesinato de Viviana, llevó también a un hermetismo policial
pocas veces visto; incluso fue pasada las horas cuando se pudo conocer
que la dama había sido asesinada de múltiples cuchilladas (entre 8 y 10 heridas), no a tiros como inicialmente se informó.
Ya en la escena del crimen, los investigadores del Cicpc; obviamente al apreciar
la causa de muerte, infirieron que el móvil que sostenía Moncada estaba
muy lejos de ser cierto, por cuanto este tipo de asesinatos a
puñaladas; supone en el ámbito de la criminología, un acto más personal,
más pasional, tal vez hasta de ira por parte del victimario hacia su víctima, que generalmente se conocen; por lo que el robo comenzó a ser descartado.
Otros elementos que pusieron en tela de
juicio la versión del funcionario del Seniat, fue que ninguna de las
puertas de la casa fueron violentadas; nadie más, aparte de la pareja,
tenía llaves de la residencia; lo que desestimaba que una tercera
persona pudiera haber ingresado sin utilizar la violencia.
Por otra parte, el cuchillo incriminado
en el hecho fue hallado por los investigadores en la misma residencia de
la pareja; todo esto llevó a la detención de Moncada, toda vez que lo
ubicaba como el posible autor material del asesinato de su esposa y de
su hijo no nacido; aunque será un juez el que determine su culpabilidad o
inocencia.
Posible triángulo amoroso
En la continuación de las
investigaciones; el Cicpc pudo conocer que la pareja estaba pasando por
problemas sentimentales bastante considerables, a raíz de que
presuntamente el esposo de Viviana tenía a otra mujer; lo que los
llevaba continuamente a discutir por este tema.
La más reciente pelea del matrimonio habría tenido lugar el miércoles, la cual se retomó el jueves a avanzadas
horas de la noche; cuando Moncada regresó a su casa, en Tienditas,
luego de disfrutar del partido entre Colombia y Venezuela que tuvo lugar
en el estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo, en San Cristóbal.
Se desconoce a qué hora habría iniciado
la discusión entre Moncada y Viviana, y cuál fue el elemento que privó
para que Moncada; como creen los investigadores, presuntamente atacara
con tal brutalidad a la que era su esposa, hasta el punto de quitarle la vida; a solo metros de donde una hija de ambos, de apenas dos años de edad, y una de 14; del primer matrimonio de Viviana, estaban durmiendo, ajenas a lo que estaba pasando.
Quiso hacer un poco más creíble la
escena del crimen desordenando la casa; revolviendo las gavetas, en fin,
creando una coartada.
“Urgente, mataron a mi esposa”
Tal montaje no habría sido suficiente,
según los investigadores; adicionalmente Moncada complementó la jugada
pidiendo auxilio, vía Twitter, a distintas instituciones policiales,
como @Redi_andes, @trafficTACHIRA, @DouglasRicoVzla, y a la cuenta de
algunos amigos, a los que les pedía auxilio, solicitaba ayuda; daba la dirección
de su casa y en varios decía “urgente, mataron a mi esposa y estoy en
mi casa encerrado por amenaza, nos secuestraron varias horas, ayuda
estamos encerrados”; entre otros tuits del mismo talante, incluyendo uno
en el que aseguraba que los dejaron “incomunicados”; situación que
reñiría con la realidad, si en ese preciso momento estaba “tuiteando”.
Para este sábado, todos estos tuits que
publicó Moncada a través de la cuenta oficial de @TributossSanAntonio;
ya no estaban, habían sido eliminados; sin embargo, varios captures se
lograron hacer el viernes por la noche.
“Justicia sin política”
El cadáver de Viviana Andrea fue
ingresado a la morgue hacia las 8 de la noche del viernes, donde ayer;
en presencia de representantes de fiscales del Ministerio Público le
practicaron la autopsia de ley; y más tarde le fue entregado a sus
familiares, que lo trasladaron a Ureña, donde se efectúa el acto
fúnebre.
Mi hermana -continuó- era muy apreciada
en Ureña; más que por ser comerciante, como amiga, por su sencillez, un
excelente ser humano; la gente la quería mucho por su personalidad,
mientras que L. Moncada, cuando se emborrachaba cambiaba mucho su forma
de ser, era otra persona, sentenció el muchacho.
Muchos vecinos de Ureña, con los que se pudo dialogar
sobre este hecho; también exigieron lo mismo que la familia de Viviana y
corroboraron lo expresado por su hermano; que gozaba de gran aprecio en
esa población fronteriza.
De Viviana Andrea Hernández Gacha, lo
que adicionalmente se pudo conocer es que era propietaria de un local de
reparación y venta de celulares en Ureña; era madre de una niña de 2 años, que tuvo durante un aproximado de tres años de matrimonio con Moncada; así como de una adolescente de 14 años, de una relación anterior.
EP Mundo
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