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La siniestra obsesión que lo llevó a violar y matar a un niño en El Valle



                                                   (Casa donde ocurrieron los hechos)

Una joven de nombre Wuinderlis Fernández llegó apresuradita a la casa de su madre, situada en el barrio Bruzual de El Valle, a eso de las 6:30 de la tarde del lunes 21 de agosto, se bañó, se cambió de ropa como acostumbraba y salió al sector Tamarindo de la zona a buscar a su niño de tres años, a quien había dejado al cuidado de su expareja. Un hombre en quien no confiaba mucho, pero le había dado la oportunidad de cuidar a sus hijos. 

Al llegar a la vivienda de techo de zinc, que se encontraba en la parte alta de la zona popular, algo le pareció extraño, nadie se encontraba en la propiedad, ni su hijo ni su expareja. Comenzó a preocuparse y se acercó a los vecinos que conocía en la zona. Estos con voz cabizbaja, temblorosos y  pasmados le contaron que su hijo había sido atacado brutalmente por el hombre con quién una vez compartió su vida, violándolo y asesinándolo. Una noticia que desplomó a la fémina.

El cadáver del niño había sido trasladado a la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, mejor conocido como la morgue de Bello Monte. Lugar a donde asistió Wuinderlis y su madre, Carmen Hernández, para realizar los papeleos correspondientes y así retirar el cuerpo y darle cristiana sepultura.

Una segunda oportunidad

Wuinderlis estuvo viviendo durante cuatro años en aquella casa precaria del sector El Tamarindo con William Gabriel López Amador, de 23 años, junto a sus tres hijos menores de edad. Su convivencia era un infierno para la dama debido a que recibía maltratos y amenazas por parte de su pareja, quien es un hombre celoso, posesivo, agresivo y estaba obsesionado con ella.


 En una oportunidad la golpeó cuando estaba embarazada de uno de sus hijos y a uno de los pequeños lo pegó contra una pared, también lo golpeó en la cara, hasta dejarle una parte desfigurada, por lo que estuvo preso en una comandancia del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la vereda 80 de El Valle. En ese lugar duró sólo ocho días y salió bajo presentación debido a que su padre era abogado y movió sus influencias para que su hijo saliera del sitio de reclusión.




Tras estar en prisión, Amador regresó a su hogar y tras una conversación con Wuinderlis de que iba a cambiar su actitud, la dama lo perdonó y le dio una segunda oportunidad. Sin pensar que con esa decisión podría desatar los más oscuros demonios.

Un final aterrador

Los primeros días de la reconciliación fueron una fantasía. William López estaba aplicando lo acordado. Era amoroso con sus hijos, incluso con el que no era su hijo biológico, el niño de tres años. La dama lo había tenido con otra persona, hecho que siempre le recriminó.

Wuinderlis salía de la vivienda bien temprano para trabajar como vendedora de café en el Hospital Clínico Universitario y siempre llegaba a su casa alrededor de las 6:30 de la tarde. Mientras la dama laboraba, el hombre se quedaba con sus hijos cuidándolos.

La segunda oportunidad que le dio la fémina a su pareja se volvió a tornar su pesadilla, comenzó a celarla nuevamente y amenazarla. En una oportunidad le dijo: “Te voy a dar donde más te duele y cumplió su ultimátum.
El lunes 21 de agosto en horas de la mañana el sujeto se encontraba cuidando a su hijastro de tres años cuando la furia y la depravación se desencadenó. El macabro tomó al niño y abusó sexualmente de él, luego le dio veneno para chiripas al pequeño y comenzó a propinarle una brutal golpiza en su cabeza y pecho hasta que su vida se extinguió. Tras darse cuenta del suceso macabro que había cometido intentó quitarse la vida con el mismo veneno que le había dado al niño, pero no lo logró.


Lo que le escribió una hermana de Wuinderlis al homicida en su Facebook
Vecinos de la zona, quienes habían escuchados los gritos y golpes informaron a bomberos del sector, que se acercaron al lugar y hallaron al hombre convulsionando, por el veneno que había ingerido. Quedaron atónitos al ver al pequeño, boca arriba en una cama, desnudo y sin signos vitales. Una vida que se había apagado a tan corta edad por la perversidad y la obsesión de un hombre.
El sujeto fue llevado al Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño y luego fue detenido, siendo trasladado a la Fiscalía para iniciar la imputación y posterior juicio en su contra.

                                                      William López
Al pequeño de tres años su madre lo iba a inscribir en una escuela maternal en El Valle. Tenía problemas para hablar, por lo que asistía a terapia de lenguaje en el Hospital Clínico Universitario. Su abuela Carmen Hernández lo recuerda como un niño muy juguetón, de todo se reía, tranquilo. Cuando yo iba a visitarlo me gritaba ¨Loca¨ y salía corriendo, si hacía una travesura, llegaba y me daba un beso y yo sabía que había hecho algo y luego salía corriendo”.
Sollozando pidió a las autoridades que le apliquen todo el peso de la ley a este hombre. “Pido justicia. Les digo a las familias que aprendan a conocer bien a las personas. Uno nunca termina de conocerlos. Le pido a las autoridades que la muerte de mi nieto no quede impune, porque ni niño no merecía estar, donde está ahora, estaba empezando su vida”, expresó la abuela del pequeño.

PUBLICADO EN WWW.ELCOOPERANTE.COM

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