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Policías preventivas asumirán parte de la carga del Cicpc



En la reforma al sistema de justicia penal, el Gobierno evalúa la posibilidad de que los llamados "delitos menos graves", cuyas penas no exceden los ocho años de prisión, sean investigados primordialmente por los cuerpos policiales regionales y municipales.

La secretaria ejecutiva del Consejo General de Policía, Soraya el Achkar, explicó en un seminario realizado esta semana que las pesquisas de casos referidos a hurtos, lesiones leves y violencia intrafamiliar podrían ser llevadas a cabo por los cuerpos estatales y locales para así descargar de responsabilidades a la policía judicial.

Este punto también fue mencionado en el primer documento sobre la Gran Misión a Toda Vida, presentado por el presidente Hugo Chávez en mayo de este año, en el que se habla de la "refundación del Cicpc" para hacer que sus funcionarios sólo se dediquen a la investigación penal y, simultáneamente, se creen casas de justicia penal para los municipios, que se concentrarán en el procesamiento de las faltas y de los delitos menos graves.

En la normativa vigente los cuerpos estatales y locales de seguridad son por definición netamente preventivos. La Ley de los Órganos de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, en vigor desde el año 2000, los califica "de apoyo", y los coloca en el mismo grupo de los bomberos, el Saime, la Contraloría General y el Sebin. Sus agentes, por regla general, llegan primero al sitio del suceso y deben resguardarlo, al tiempo que deben contribuir a la identificación plena de los posibles testigos. 

Pero la Ley contra el Secuestro y la Extorsión de 2009 establece que estas instituciones deberán crear "unidades especializadas de prevención e investigación" contra tales delitos, lo cual abrió un espacio para que la Policía de Miranda activara una división dedicada exclusivamente a la materia.

La reforma del Código Orgánico Procesal Penal (actualmente en revisión en el Tribunal Supremo) deja abierta la posibilidad para que estas policías actúen sobre cualquier tipo de delitos.

En la calle. Algunas policías ya comenzaron a asumir funciones de investigación para casos que a primera vista no tienen mayor complejidad.

Funcionarios de la División de Investigaciones de Polichacao capturaron el viernes 8 de junio a un hombre de 38 años de edad que supuestamente cometía actos lascivos en el interior de un Chevrolet Optra negro estacionado frente a un colegio de Campo Alegre.

Aunque la detención se produjo in fraganti, en realidad fue el resultado de varios días de vigilancia en los que participaron agentes de esa unidad y de la denominada Policía Comunal.

Polichacao había recibido varias denuncias sobre la conducta de este individuo e inició el procedimiento previa notificación al Ministerio Público. El aprehendido resultó ser gerente de un banco estatal.

En otros tiempos los agentes municipales hubiesen tenido que esperar la llegada de una comisión del Cicpc para que hiciera la inspección y el levantamiento fotográfico de todo lo que había en el vehículo en el cual se encontraba el individuo.

Erick Materán, jefe de Operaciones de Polichacao, señaló que en ese momento se requerían diligencias "urgentes y necesarias" para evitar que se perdieran las evidencias del delito. Un equipo de la propia institución revisó de inmediato el interior del automóvil y halló trozos de tela con restos de una sustancia que podía ser semen. El procedimiento fue entregado posteriormente a funcionarios del Cicpc.

En el caso de Polisucre, la mayoría de las actuaciones de investigación tiene que ver con violencia intrafamiliar o de género. Juan Blanco, miembro principal del Comité Ciudadano de Control Policial, explicó que los agentes de ese organismo están bien capacitados para instruir los expedientes. Sin embargo, deben apoyarse en la medicatura forense al documentar las posibles lesiones de las víctimas.

Fuentes humanas. Además de poseer una División Antiextorsión y Secuestros, Polimiranda tiene una División de Investigaciones. Su jefe, el subcomisario Hermes Márquez, informó que la unidad tiene a su cargo 84 agentes distribuidos en 7 brigadas para cubrir toda la región.

No obstante, aclaró que la actividad del grupo se encamina a identificar y detener a los traficantes de drogas en pequeña escala y a desmantelar las bandas comunes. De la misma forma que Polichacao, la labor se lleva a cabo generalmente sobre la base de fuentes humanas.

"En el caso de bandas más organizadas trabajamos con el Cicpc. Tienen más personas y su modus operandi es distinto. Poseen armas cortas y largas, y se dedican al secuestro, al robo de quintas y también al sicariato", dijo. 

Márquez reconoció que el grupo opera con restricciones legales y limitaciones tecnológicas. 

El comisario general Elisio Guzmán, director de Polimiranda, indicó que a través de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad los agentes están recibiendo formación en temas como el resguardo del sitio del suceso, la protección de las evidencias y de la cadena de custodia, lo cual es esencial para las policías regionales y municipales al trabajar delitos de drogas, pues 75% de los procedimientos y detenciones reportadas en todo el país es llevado a cabo por agentes de estos organismos, según cifras de la Oficina Nacional Antidrogas.

Guzmán indicó que aún se requiere un mejor respaldo legal para las actuaciones de las policías estatales y locales. Esto pasa por una definición más clara de sus competencias.
(Fuente: El Nacional / 17-06-2012/ Pág. Sucesos 12 /Javier Mayorca)
Enlace: http://tinyurl.com/d3clvq4 

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